domingo, 18 de mayo de 2014

Simbolismo en Bodas de Sangre.

En esta entrada analizaremos  la presencia y significación del caballo, el agua, la luna y el cuchillo.

Para comenzar, diremos que Federico García Lorca es uno de los más importantes dramaturgos y poetas españoles del siglo XX y de nuestra literatura moderna. Su gran sensibilidad artística nos dejó bellos poemas e intensas obras de teatro y su prematura muerte nos privó seguramente de lo mejor de su creatividad y convirtió su figura en un mito. Es también uno de nuestros escritores con más repercusión internacional.

Bodas de sangre es una obra de teatro en verso terminada en 1932 y estrenada el 8 de marzo de 1933 en el teatro Beatriz de Madrid. Fue el primer gran éxito de Lorca como dramaturgo y le proporcionó reconocimiento dentro y fuera de España. En los años siguientes se estrenó en Argentina, Méjico, Nueva York, París y Moscú.

La obra de Federico García Lorca cuenta con todos los ingredientes de la tragedia y con temas recurrentes en su producción. Los personajes pretenden luchar contra un destino que finalmente se impone implacable.


La Luna es un personaje simbólico, se presenta con un Leñador de cara blanca. En las acotaciones de la obra, el autor insiste en que su aparición ha de ir acompañada de una fuerte luz azulada. La Luna es la mensajera de la muerte.

Acto tercero CUADRO PRIMERO
Bosque. Es de noche. Grandes troncos húmedos. Ambiente oscuro. Se oyen dos violines.
Salen tres leñadores.
(...)
(Salen. Por la claridad de la izquierda aparece la Luna. La Luna es un leñador joven,
con la cara blanca. La escena adquiere un vivo resplandor azul.)

La Luna es el símbolo más fuerte en esta obra, donde, como hemos explicado, se convierte en personaje (en el acto tercero). Es símbolo de la muerte, pues ilumina el terreno y así los hombres se encuentran y se matan. Además se presenta como un Leñador, quien por su oficio corta de golpe la simiente, la vida joven. Podemos decir que se caracteriza por sus ansias de muerte.
La Luna aparece también en otras obras del autor como símbolo de la muerte, por ejemplo en Romancero Gitano.
Para Álvarez de Miranda sería agente y símbolo de fecundidad, vida y muerte.



En cuanto a la navaja, podemos decir que aparece desde el comienzo de la obra. Tiene una gran importancia en esta obra.
Al principio, la Madre descubre al Novio cogiendo la navaja y él ríe porque no la esperaba y se asusta. Él quiere cambiar de conversación porque sabe que su madre va a empezar con una retahíla. La navaja es un tipo de arma muy peligrosa, se lleva la vida de los hombres.

Madre: (Entre dientes y buscándola)La navaja, la navaja... Malditas sean todas y el
bribón que las inventó.
Novio:Vamos a otro asunto

Aparece el apellido de los Félix, quien mata al marido de la Madre y a uno de sus hijos. Por eso la Madre siente recelo al ver o escuchar el cuchillo, la navaja, la pistola o cualquier otro metal que nos recuerde a estos instrumentos.

Madre: No. No vamos a acabar. ¿Me puede alguien traer a tu padre y a tu hermano?

La navaja es un intrumento que se relaciona desde temprano en la poesía de Lorca con una muerte de frente, trágicamente hermosa, y que no se puede evitar.

La nana que la Suegra de Leonardo canta al bebé, está cargada de elementos simbólicos. El caballo representa la masculinidad, la pasión amorosa, el sexo... (lo relacionamos con el personaje: Leonardo) y el agua es símbolo del peligro. Vemos cómo en la variante de la primera nana el caballo se decide a beber agua, hecho que cabe resaltar debido a que esto anticipa lo que más tarde ocurrirá: la huida de Leonardo con la Novia. Aquí la pasión se impone.

Suegra:
Nana, niño, nana
del caballo grande
que no quiso el agua.
El agua era negra
dentro de las ramas.
Cuando llega el puente
se detiene y canta.
¿Quién dirá, mi niño,
lo que tiene el agua
con su larga cola
por su verde sala?

Mujer: (Bajo)
Duérmete, clavel,
que el caballo no quiere beber.

Suegra:
Duérmete, rosal,
que el caballo se pone a llorar.
Las patas heridas,
las crines heladas,
dentro de los ojos
un puñal de plata.
Bajaban al río.
¡Ay, cómo bajaban!
La sangre corría
más fuerte que el agua.

Mujer:
Duérmete, clavel,
que el caballo no quiere beber.


Suegra:
Duérmete, rosal,
que el caballo se pone a llorar.

Mujer:
No quiso tocar
la orilla mojada,
su belfo caliente
con moscas de plata.
A los montes duros
solo relinchaba
con el río muerto
sobre la garganta.
¡Ay caballo grande
que no quiso el agua!
¡Ay dolor de nieve,
caballo del alba!

Aparece una variante de la nana en la que vemos el puñal de plata, se ven señales de herida, muerte, violencia... la pasión se ha impuesto y el caballo se pone a beber (como ya se ha explicado).
La plata recuerda al cuchillo.

Destacamos que en Lorca, el teatro llega en todos los sentidos al lector, pues está cargado de colores, olores, sonidos:
Acto primero
CUADRO TERCERO
Interior de la cueva donde vive la novia. Al fondo, una cruz de grandes flores rosa. Las
puertas, redondas, con cortinajes de encaje y lazos rosa. Por las paredes, de material
blanco y duro, abanicos redondos, jarros azules y pequeños espejos.

No solo nos lleva a una vida en el campo, sino tradicional: Como la Madre es viuda, es ella quien ha de pedir la mano de la novia.

Para concluir podemos decir que en Bodas de Sangre, los elementos simbólicos se convierten en una constante a lo largo de la obra y muchas veces anticipan, como hemos visto, lo que va a ocurrir.

Cabe destacar la importancia que cobra en esta obra la sangre, que aparece desde el título. Unión y separación de la boda, entendiendo esta como enlace de dos sangres (familias). También hace alusión a la muerte.


Referencias bibliográficas

Imágenes






Contenido
Hemos tomado información de artículos que se pueden obtener a través de los enlaces siguientes:


Además hemos utilizado apuntes tomado en clase de "Teatro" y un artículo facilitado por la profesora.

sábado, 17 de mayo de 2014

Jornada V. Interpretación del desenlace de Don Álvaro o la fuerza del sino.

En la jornada V hay varios rasgos que debemos destacar. Para empezar, diremos que estamos ante una escena costumbrista donde Melitón reparte alimento a los pobres que van a pedir a la iglesia.

Mujer: “Mis cuatro raciones”.
Manco: “¡A mí antes!”
Viejo: “¡A mí!”
Todos: “¡A mí, a mí!”

Hay un gran misterio que rodea al personaje “Padre Rafael”, a quien conocemos por el diálogo entre el Padre Guardián y Melitón, donde se atan cabos de la personalidad tan misteriosa que rodea al Padre Rafael.

Hermano Melitón: “...Y hay algunos tan insolentes... Hasta llaman bazofia a la gracia de Dios... Lo mismo que restregarme siempre por los hocicos al padre Rafael; toma si nos daba más, daca si tenía mejor modo, torna si era más caritativo, vuelta si no metía tanta prisa. Pues a fe, a fe, que el bendito padre Rafael a los ocho días se hartó de pobres y de guiropa, y se metió en su celda, y aquí quedó el hermano Melitón. Y, por cierto, no sé por qué esta canalla dice que tengo mal genio. Pues el padre Rafael también tiene su piedra en el rollo, y sus prontos, y sus ratos de murria como cada cual.”

Padre Guardián: “Basta, hermano, basta. El padre Rafael no podía, teniendo que cuidar el altar, y que asistir al coro, entender en el repartimiento de la limosna, ni éste ha sido nunca encargo de un religioso antiguo, sino incumbencia del portero... ¿Me entiende?... Y, hermano Melitón, tenga más humildad, y no se ofenda cuando prefieran al padre Rafael, que es un siervo de Dios a quien todos debemos imitar.”

Ocultar la identidad y engañar resulta necesario para que los personajes consigan sus propósitos en esta obra. Aparece así el pensamiento romántico de que el mundo es todo máscara.

Las apariciones satánicas, como vemos el siguiente ejemplo, pudieron sorprender al público de la época:
Escena III
El hermano Melitón y Don Alfonso vestido de monje, que sale embozado.

El personaje quiere liberarse de toda atadura que une al hombre con lo terrenal en la escena IV.
Hay un proceso de anacnórisis, Don Álvaro se ha olvidado de su propia identidad y recuerda por qué está en España.

...DON ÁLVARO, vestido de fraile franciscano, aparece de rodillas en profunda oración mental.

Han pasado cuatro años y el protagonista ha intentado olvidar todo lo que ha ocurrido, por eso puede hablar con sosiego con Don Alfonso al comienzo de la conversación:

Don Álvaro (Con gran calma, pero sin orgullo):
Entiendo, joven, entiendo,
sin que escucharos me pasme,
porque he vivido en el mundo
y apurado sus afanes...”

Las interrogaciones retóricas, podemos decir que retrasan en cierto modo lo que va a ocurrir:

Don Alfonso: “Qué nombre
osáis pronunciar?”

Pero Don Álvaro pierde el sosiego y reacciona, aunque trata de contenerse pidiendo ayuda a Dios. Le ofrece el perdón del religioso humilde.
Vemos que en el drama romántico es muy importante no solo la palabra, sino el gesto. Don Álvaro se arrodilla a Don Alfonso aunque este lo desprecia.

Don Álvaro (Retirándose): “No, que aún fortaleza
para resistir la lucha
de las mundanas pasiones
me da Dios con bondad suma.
¡Ah! Si mis remordimientos,
mis lágrimas, mis confusas
palabras, no son bastante
para aplacaros; si escucha
mi arrepentimiento humilde
sin caridad vuestra furia.
(Arrodíllase)
prosternado a vuestras plantas
vedme, cual persona alguna
jamás me vio...”

Don Álvaro pierde los papeles porque sus intentos de arrepentirse han fracasado. Pide al infierno que se lo lleve.
Ahora el protagonista se ha convertido en una representación diabólica. Es el mismo infierno.
Don Álvaro (Fuera de sí):
¡Vos mentís, mentís, infame!
Venga el acero; mi furia
(Toca el pomo de una de las espadas.)
os arrancará la lengua,
que mi clara estirpe insulta.
Vamos.”

En la escena VIII vemos cómo se aproximan a la cueva del santo penitente.


El hermano Melitón también ha dado pistas sobre el carácter satánico de Don Álvaro, que termina siendo movido por el mismo infierno quitándose la vida.

¡Al infierno!...¡Buen vïaje!
También que era del infierno
dijo, para mi gobierno,
aquel nuevo personaje.
¡Jesús, y qué caras tan...!
Me tempo que mis sospechas
han de quedar satisfechas.
Voy a ver por dónde van...”

Otro ejemplo sería:

...miren que hay excomunión,
que Dios les va a dar castigo.
(Vuelve a la escena.)
No me oyen, vano es gritar.
Demonios son, es patente.
Con el santo penitente
sin duda van a cargar...
...pues tengo un miedo cruel.

La venganza se manifiesta aquí acercando al cielo a Don Álvaro, hecho que además adelanta el desenlace de la obra.

Leonor recobra la memoria y reconoce la voz de Don Álvaro.

Vemos en los propios diálogos de Don Álvaro su carácter satánico:

No...,no triunfa
tampoco con esta industria
de mis constancia el infierno...”
También en:

...¡El infierno me confunda!”

...¡Voy al infierno!”

Destacamos el siguiente fragmento, donde Don Álvaro se dirige a Don Alfonso y le dice:

Hombre, fantasma o demonio,
que ha tomado humana carne
para hundirme en los infiernos,
para perderme..., ¿qué sabes?...”

En otra ocasión Don Álvaro le pregunta a Don Alfonso:

¿Eres monstruo del infierno
prodigio de atrocidades?”

Como se aprecia en los ejemplos, podemos ver que Don Álvaro usa un vocabulario relacionado con lo satánico y esto convierte al protagonista en el propio infierno.
Llega a pedir la muerte para los dos.

Cuando Don Alfonso cae herido, pide a Don Álvaro que salve su alma, ya que él es ministro del Señor. Pero Don Álvaro le responde:

¡No, yo no soy más que un réprobo, presa infeliz del demonio! (...)”

Nos llama la atención las acotaciones como: “(Truena)” acordes con la situación que aparece en la escena.

Para terminar, vamos a citar algunas ideas del artículo de José Valero y Stephanie Zighelboim:

...Para todas las lecturas, ese sino es el sino de don Álvaro; éste es la víctima de esa fatalidad, sea metafísica, divina, social o desatinada. En contraste, nosotros planteamos aquí una lectura alternativa de esa relación. Nuestro punto de partida es que don Álvaro puede considerarse no sólo como víctima del destino sino también, y quizás de manera más productiva, como su medio, como instrumento de un destino histórico que condena al Antiguo Régimen al polvo de la historia”.

En la sociedad monetarizada el dinero media la satisfacción del deseo. Según Casalduero,
la “situación trágica” que descubre el romanticismo es la del magnetismo del deseo
aniquilador: “el corazón tiene una fuerza que choca contra la razón, y aun sabiendo que
acarrea la perdición del hombre, su magnetismo nos atrae y nos sentimos felices al vernos
en medio de esa corriente de pasión que todo lo inunda y todo lo arrastra” (255). Aunque
el crítico tiene en mente aquí a don Álvaro, lo cierto es que Leonor ejemplifica más
diáfanamante esa situación trágica, ya que es ella la que tiene que renunciar a todo lo que
tiene para perseguir su sueño”.

Referencias bibliográficas:

Imágenes
https://www.google.es/search?q=Don+%C3%81lvaro+o+la+fuerza+del+sino&rlz=1C1CHVZ_esES567ES567&es_sm=93&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ei=9Jt7U6fdFaPG0QWqw4HYBA&ved=0CAgQ_AUoAQ&biw=1366&bih=667#q=pelea+sat%C3%A1nica+en+don+%C3%A1lvaro&tbm=isch&facrc=_&imgdii=_&imgrc=dSBdBVorm_Xo-M%253A%3Bk9GoJyrTxvnW3M%3Bhttp%253A%252F%252F1.bp.blogspot.com%252F_zKDxpL5fI1I%252FTOYrTE7Ar9I%252FAAAAAAAAAEo%252F9wt-XdqbsO4%252Fs320%252Fduelo%25252Bde%25252Bhonor.JPG%3Bhttp%253A%252F%252Fambitocapileira.blogspot.com%252F%3B231%3B190

https://www.google.es/search?q=Don+%C3%81lvaro+o+la+fuerza+del+sino&rlz=1C1CHVZ_esES567ES567&es_sm=93&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ei=9Jt7U6fdFaPG0QWqw4HYBA&ved=0CAgQ_AUoAQ&biw=1366&bih=667#q=Car%C3%A1cter+sat%C3%A1nico&tbm=isch&facrc=_&imgdii=_&imgrc=WYFYCRaXmb2PoM%253A%3BTmpEhmFvycOjQM%3Bhttp%253A%252F%252F3.bp.blogspot.com%252F_41piFUHhthU%252FS-zXPi0K-oI%252FAAAAAAAAAAU%252F_VzSH4mvH-s%252Fs320%252Fsectas-satanicas.png%3Bhttp%253A%252F%252Finformesobresectas.blogspot.com%252F2010%252F05%252Flas-sectas-satanicas-una-realidad-hoy.html%3B275%3B275

https://www.google.es/search?q=Don+%C3%81lvaro+o+la+fuerza+del+sino&rlz=1C1CHVZ_esES567ES567&es_sm=93&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ei=9Jt7U6fdFaPG0QWqw4HYBA&ved=0CAgQ_AUoAQ&biw=1366&bih=667#q=suicidio&tbm=isch&facrc=_&imgdii=_&imgrc=0J7WIti6SciWzM%253A%3BQB9nNt7TfLqEQM%3Bhttp%253A%252F%252Fwww.periodicodecrecimientopersonal.com%252Fwp-content%252Fuploads%252F2013%252F09%252FSuicidio-1.jpg%3Bhttp%253A%252F%252Fwww.periodicodecrecimientopersonal.com%252F10-septiembre-dia-mundial-para-la-prevencion-del-suicidio%252F%3B600%3B381

Contenido
La lectura de la obra se ha realizado a partir del siguiente enlace: 

http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/don-alvaro-o-la-fuerza-del-sino--0/html/fedc3d40-82b1-11df-acc7-002185ce6064_1.html#I_1_ 

Hemos usado para la realizar esta reflexión un artículo al que se puede acceder a partir del siguiente enlace: 

http://www.decimononica.org/wp-content/uploads/2013/01/Valero_y_Zighelboim_V3.1.pdf

Además hemos desarrollado algunas ideas tomadas en clase de "Teatro". 

lunes, 12 de mayo de 2014

Don Álvaro o la fuerza del sino: comentario de dos fragmentos de la jornada III.

Comentaremos un fragmento de la obra de Don Álvaro o la fuerza del sino, del Duque de Rivas.

En el monólogo de Don Álvaro, perteneciente a la jornada III, vemos al héroe romántico representado en este personaje, que vive un amor imposible, donde el destino, o quizás el azar juega el papel más importante.

...y yo, que infelice soy,
yo, que buscándola voy,

no puedo encontrar con ella.”

Destacamos el misterio que rodea al héroe, de quien no sabemos su procedencia hasta que Don Carlos descubre su secreto, como veremos más adelante. Podemos decir que el misterio es una característica romántica.

...mi nombre ocultando, fui
(que es un crimen) a salvar

a los que a mí me la dieron,”

La fatalidad conduce a la muerte en este drama romántico. El protagonista aparece aquí reflexionando la vida, para él eterna.

En el siguiente fragmento, hay una queja sobre lo larga que es la vida para el infeliz, y lo corta que resultaría para el feliz. (Esto anticipa lo que ocurrirá más adelante en su reencuentro con Leonor: Don Álvaro se suicida al ver muerta a su amada. Además muestra cómo siente el destino en su contra).


...Parece, sí, que a medida
que es más dura y más amarga,
más extiende, más alarga
el destino nuestra vida.
Si nos está concedida
sólo para padecer,
y debe ser muy breve
la del feliz...”

Él está cansado de luchar contra el destino y se siente derrotado. Por eso desea morir y como veremos más adelante, termina con el suicidio (que sería una escena tremendista).

...pues busco ansioso el morir
por no osar el resistir
de los astros el furor.”

Don Álvaro da por muerta a Leonor, y le pide que lo lleve con ella al cielo. Ya no puede vivir más, porque para él la vida es un infierno.

...Socórreme, mi Leonor,
gala del suelo andaluz,
que ya eres ángel de luz
junto al trono del Señor.”

Don Álvaro vive en una constante lucha con su destino y con su amor imposible. No deja de lamentarse. Se compadece de sí mismo recordando la escena donde, a punto de huir con Leonor, accidentalmente la pistola se dispara sola y muere el padre de Leonor. (Escena muy cómica, que mezclada a la tragedia, da lugar al drama).

...¡Sevilla! ¡Guadalquivir!
¡Cuál atormentáis mi mente!...
¡Noce en que vi de remente
mis breves dichas de huir!...”


Destacamos la acotación que aparece al inicio de esta escena, donde el autor introduce datos sobre es espacio y el personaje. El uso de acotaciones es característico del drama romántico.
Como vemos el paisaje invita a la soledad y a la reflexión.

"El teatro representa una selva muy oscura. Aparece al fondo DON ÁLVARO, solo, vestido de capitán de granaderos, se acerca lentamente, y dice con gran agitación".


En cuanto a cómo descubre Don Carlos a Don Álvaro, diremos que es una escena cargada de elementos simbólicos, que van mostrando lo que sucederá más tarde.
Don Álvaro se encuentra con el hermano de Leonor en Italia.

Todo comienza con Don Álvaro herido.
Él cree que va a morir y pide a Don Carlos que le haga un favor para poder descansar tranquilo. El favor consiste en la quema de unos documentos. (Para que así nadie descubra su secreto).
Don Carlos acepta realizar el encargo, y coge la llave del bolsillo izquierdo de Don Álvaro y da su palabra.

Don Álvaro se desmaya al escuchar el nombre de “calatrava” y esto hace pensar a Don Carlos que tal vez él sea el indiano a quien tanto busca y desea vengar.
Solo hace unos meses que se conocen y Don Carlos no sabe nada sobre la procedencia de Don Álvaro, al que también atribuye cualidades extrañas.
Pero no puede incumplir su palabra, porque él es un hombre bien nacido, de honor... es un caballero.
En un conflicto consigo mismo, finaliza cumpliendo con su palabra, pero busca en la maleta algo que lo lleve a saber si Don Álvaro es o no el indiano.
Encuentra una fotografía de su hermana Leonor, por lo que no hay ninguna duda, Don Álvaro es el indiano.
Don Carlos quiere vengarse de Don Álvaro y lo reta a un duelo del que nunca sale.

Para comenzar, nos llama la atención el “fuego”, que connota pasión o llama de amor, sentimiento que tiene Don Álvaro hacia Leonor. También, el “fuego” puede tener una connotación negativa que sugiere a la “muerte”.
Aparece un tema que se repite a lo largo de la obra. Vemos cómo Don Carlos tiene que cumplir con su palabra porque él es un caballero y no puede carecer de honor:

Don Álvaro le dice a Don Carlos:


...Con ella abrid, yo os lo ruego,
a solas y sin testigos,
una caja que en el centro
hallaréis de mi maleta.
En ella, con sobre y sello,
un legajo hay de papeles;
custodiarlos con esmero,
y al momento que yo expire
los daréis, amigo al fuego.”


Don Carlos le responde:

¿Sin abrirlos?
Don Álvaro:

Sin abrirlos,
que en ellos hay un misterio
impenetrable... ¿Palabra

me dais, don Félix, de hacerlo?
Don Carlos:

Yo os la doy con todo el alma”

Destacamos el hecho de que la llave esté en el bolsillo izquierdo de Don Álvaro, donde tenemos el corazón, parte de nuestro cuerpo donde se guardan los secretos y los sentimientos más puros y verdaderos. Así, la imagen de Don Álvaro con la llave y la caja nos conduce a otra: la imagen de Don Carlos abriendo el corazón de Don Álvaro.
Esto también podría sugerir "muerte", que es lo que vendrá más adelante:

Don Álvaro:
¡Ah..., no puedo!
Meted en este bolsillo,
que tengo aquí al lado izquierdo

sobre el corazón, la mano.”

La venganza es uno de los temas más característicos de esta obra.
En este fragmento, Don Carlos debe vengar la muerte de su padre y reta a Don Álvaro. No se deja influir por su estado de ira, y lucha como un caballero.

Pero no resulta victorioso y muere en la lucha que él mismo ha iniciado.
Se nos muestra aquí una muerte que es buscada por la propia víctima. El destino va contra todos los personajes, Don Álvaro, que deseaba morir no muere, y Don Carlos que desea vengarse, no lo logra.

Vemos que los valores de Don Álvaro son diferentes a los de Don Carlos. El protagonista no quiere luchar con Don Carlos y no ve motivos para que él quiera vengar la muerte de su padre, porque esta muerte fue accidental.

Para concluir, podemos quedarnos con la idea de que en este fragmento nadie es quien parece. Lo podemos ver en el cambio de identidad, por una parte Don Carlos, es Don Félix y Don Álvaro, Don Fadrique.
Además estos dos personajes que al principio resultan amigos, se convierten en enemigos e incluso pelean a muerte.

Esto es muy típico del Romanticismo, donde todo aparece como una gran máscara y nada es lo que parece.

Referencias bibliográficas

Vídeo

Imágenes

Contenido
Hemos cogido algunas ideas de apuntes tomados en clase de "Teatro" y de la asignatura "Introducción a la literatura del S.XVIII y XIX" del curso anterior.

Además, hemos comentado lo que nos parecía más llamativo justificándolo a partir del texto.


Reflexión sobre lecturas-teatro

Curso 2013/2014