jueves, 26 de junio de 2014

Poder y violencia en Los niños perdidos

Haremos una breve introducción de la obra y, a partir de fragmentos seleccionados del libro, realizaremos la reflexión sobre la violencia y el poder.

Los niños perdidos es una magnífica obra donde la autora denuncia la violencia ejercida contra las víctimas más débiles de los conflictos: los niños.



Los protagonistas son cuatro niños que están en el desván de un orfanato. Sus nombres son: Lázaro, Marqués, Cucachica y Tuso (hombre demente de unos cincuenta años):
...Tuso. Es un deficiente de unos cincuenta años... (Acotación)

Estos niños viven en la España de la posguerra.
Están completamente solos, hambrientos... lo único que tienen para sobrevivir es la imaginación y los recuerdos. Y se divierten jugando y disfrazándose:
Marqués: “Pues a mí me sabía hasta bien.”
Lázaro: “Porque eres como Antoñita la Fantástica y tienes mucha imaginación”. Aquí además predomina la ironía, es decir, que un ser, producto de la imaginación y recuerdo de Tuso, le diga a otro ente ficticio que tiene mucha imaginación... es llevar al máximo la ironía.

Viven aterrorizados por el ruido de los aviones, temen morir al escuchar los bombardeos:
Sonido de aviones. Los niños quedan paralizados. El sonido se acerca peligrosamente. (Acotación).

Las voces parecen ecos en ese oscuro desván donde a veces ni ellos mismos se encuentran.

Siempre se esconden en sus escondites al oír ruido al otro lado de la puerta. Piensan que las monjas los han oído y suben a castigar y pegar a los niños:
...Ruidos. Lázaro corre a esconderse tras el biombo. Entra la Sor con un platito y un bastón en la mano izquiera. (acotación)

Al principio aparece una monja llamada Sor, aunque más adelante descubrimos que se trata de Tuso, que está disfrazado de esta monja. Y en el final de la obra nos enteremos de que la monja está muerta:
Cuca: “¿Y el Tuso?
Lázaro: “En el armario.”
(...)Marqués se dirige hacia el armario e intenta abrir. (Acotación).
Marqués: “Se ha encerrao.”
Lázaro: “Ya estamos. (Toca) Tuso, sal, que ya se ha ido.” (Podemos ver cómo Tuso al jugar de hacer de la monja Sor, siente miedo porque tiene un mal recuerdo de esta monja y por eso no quiere jugar más a hacer de “la mala”)
Sor: (Desde dentro) “No quiero”
Lázaro: “Que salgas ya.”
Sor: “No me da la gana”
..Se abre la puerta del armario y aparece el Tuso... (Acotación)

Tuso cuenta la escena en la que la monja tira a Cuca por la ventana, y azota con un palo a Marqués hasta el extremo de echar este sangre por los oídos, boca y nariz. Marqués, Lázaro y Tuso habían subido para ayudar a Cuca que estaba castigado en el desván.
Tuso, al contemplar esto, pone una cuerda en el ancho de la escalera y cuando la monja se dirigió hacia abajo, este la empujó y la monja cayó rodando por las escaleras.
Tuso se pone muy nervioso, intenta quitarle las llaves a la monja para no dejar arriba a Lázaro y al Marqués, pero es demasiado tarde.
No consigue las llaves y cuando pide a las otras monjas ayuda para sus dos amigos, estas piensan que son imaginaciones suyas, al ser un niño demente.
Tuso revela a sus amigos que la monja murió de la caída y que ellos están muertos también. Cuca no llegó vivo al hospital tras la caída y Marqués y Lázaro se quedaron encerrados en el desván para siempre:
Tuso: “¡Y yo no quería! ¡Pero cuando vi que empujaba al crío por la ventana y que se liaba a palos con vosotros con esa saña...! ¡Me entró un coraje...! (...)”

Esta muerte supone la salvación de los niños, quienes por fin se atreven a salir del desván. Ya no tienen miedo, están muertos. Tuso queda triste porque sus amigos se van:
Lázaro: “Abre la puerta, Tuso.”
Tuso: “¿Qué?”
(…)
Lázaro: “Pues ella es como nosotros: aire, nada, tu imaginación. Abre la puerta, Tuso.”

Tuso cuestiona su propia existencia, no sabe ni qué es él. Aun sabiendo que sus amigos estaban muertos, existían en su recuerdo y en su imaginación. Y al ser los propios entes ficticios los que toman la decisión de marcharse, él queda triste porque ahora quedará solo.



Nos llama la atención que a lo largo de la obra siempre sea Tuso el que salga del desván para llevar comida a los demás niños, diciendo en la cocina del orfanato que es para los gatos, y otras veces amenaza con irse para siempre debido a las peleas de los niños en el desván. Y al final son los niños quienes se van y se queda él solo dentro:
Marqués: “¿Y si el Tuso no vuelve?”
Lázaro: “Siempre vuelve”
Marqués: “No tendría que salir y entrar tanto, un día nos la vamos a cargar”
(...)
Tuso: “No quiero estar más aquí. He dicho que me voy, y me voy.

Vemos cómo la perspectiva tiene en esta obra un papel fundamental junto con la mezcla de los dos mundos: el real, que no aparece en la obra y del que nos enteramos desde el propio mundo fantástico, desde la imaginación y alucinación de Tuso.

En esta obra predomina la ironia, que aparece desde el principio de la obra:
Lázaro: “...¡Llueve agua, llueven gotas, llueve pis y llueve sopa!...”

Destacamos también la ironía que vemos cuando los niños piensan que la monja Sor está muerta, cuando ellos también los están:
Marqués: “¿Pero cómo va a estar muerta, si viene con más mala leche que nunca?
Lázaro: “Viene a vengarse, Es su fantasma, que viene a vengarse”

Vemos cómo en la obra el miedo llega al límite, pues los niños, que se creen vivos, temen a la monja aún considerándola muerta. Y cuando descubrimos que los niños están muertos, es como si el sentimiento de miedo llegara más allá de la muerte, como si se tratase de sentimientos como el del amor.
Cuco teme a los fantasmas, y dice que estos no existen. Cuando él también está muerto, y aunque en la obra no se nos presenta como a un fantasma, más tarde descubrimos que solo existe en el pensamiento de Tuso.

En Los niños perdidos, el poder representado por las monjas es muy fuerte:
Sor: “...Condenados, condenados chiquitines, condenados. ¿No salís?...”

En el desván los niños siempre se están peleando, y el más grande es siempre el más fuerte. Cuca es el más pequeño y por eso necesita de Tuso para sentirse protegido:
Lázaro se abalanza sobre Marqués. Pelean. Lázaro tiene las de ganar ya que es, a todas luces, más fuerte. (Acotación)
...Marqués va a contestar pero se reprime ante el temor de que el otro vuelva a repetir todo lo que se diga... (Acotación)
Vemos cómo la miseria en la que se encuentran estos niños los lleva a la lucha. La lucha representa esa obligada vida encerrada de la que los niños no pueden salir.

Hay sentimiento de pánico a las monjas debido a la escena que Tuso nos revela. Monjas que maltrataban física y psicológicamente a los niños del orfanato. Les cambiaban de nombre, y los insultaban a ellos y a su familia:
Sor: “...¡Satanases! ¡Desgraciados! ¡Cómo se nota la sangre que lleváis!...”

Por otro lado, no se quiere reconocer la dura realidad en la que se encuentran. Los niños imaginan que sus padres irán a sacarlos de allí. Pero sus padres están muertos:
Marqués: “...Tu mamá también está muerta, a ver si te enteras ya.”
Cuca: “¡Mamáaaaa...!”
Tuso: “No le digas esas cosas que llora.”
Quizás esto sea una crítica a ese "mirar para otro lado" de muchos españoles para evitar el tema del franquismo.

Cuando se escucha el ruido de los aviones, los niños quedan paralizados. Este miedo es tan fuerte como el de las monjas.
Podemos decir que el ruido de los aviones representa la Guerra Civil española y la dictadura de Franco, que sería el máximo poder en esta obra.

Las propias descripciones y el lugar en sí donde los niños se encuentran nos muestran la violencia en la que viven. Los niños se pelean por comer comidas asquerosas. Se pelean constantemente insultándose unos a otros.
Es un lugar oscuro y sucio donde los niños siempre se esconden o se disfrazan.
La monja es un símbolo de violencia, capaz de tirar a un pequeño por la ventana.

Cuco anticipa a lo largo de la obra lo que Tuso revela al final, y es que desde el principio teme la ventana del desván:
Cuco: “Por la ventana no, que sopla el aire y me da mucho miedo...!

Los niños no han crecido, han muerto siendo niños. Están tan perdidos que nadie, ni ellos mismos, se han enterado de su muerte, lo que podemos ver como homenaje a todas las vidas perdidas en la España de la Guerra y de la posguerra. Vidas de niños que podemos ver a través de estos personajes:
Tuso: “...Total, ya erais niños perdidos. Al fin y al cabo, los niños de aquí no existen. Son como fantasmas y nadie va a reclamar por ellos. Mejor echar tierra encima, nunca mejor dicho”.
Esos niños no tenían vida, no existían para nadie porque sus familiares no podían ir a rescatarlos, había muchos que eran huérfanos, y otros a quienes por cambiarlo de orfanato y de nombre nunca llegarían a encontrar.
Los niños representan el resultado de la situación que se vivió en la España de la época.

Por último, es inevitable recordar después de esta lectura, la novela Niebla de Miguel de Unamuno, donde el mundo ficticio y el real nos conducen a la reflexión sobre nuestra propia existencia.

Referencias bibliográficas

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Cita de la lectura realizada: RIPOLL, Laila: Los niños perdidos, Introducción de Francisca Vilches de Frutos, KRK EDICIONES A ESCENA, Oviedo 2010.

Los niños perdidos

Laila Ripoll




Dramaturga, actriz y directora teatral española, nacida en Madrid en 1964.
Volcada plenamente hacia el mundo de la escena desde muy temprana edad, orientó su formación académica al Arte de Talía y, tras cursar estudios universitarios en la Real Escuela Superior de Arte Dramático, a comienzos de la década de los años noventa fundó la compañía Micomicón. Esta agrupación, especializada desde sus orígenes en la puesta en escena de obras pertenecientes al acervo clásico español, contó desde el principio con la labor de Laila Ripoll como adaptadora de los textos elegidos para su puesta en escena, intérprete de sus papeles principales y directora de dichos montajes.
Al frente de Micomicón, Laila Ripoll ha estrenado algunas versiones espléndidas del mejor teatro de Lope de Vega, como La dama bobaEl acero de Madrid y El bastardo Mudarra, así como una brillante adaptación de Los cabellos de Absalón, de Calderón de la Barca. 

Respecto a su obra dramática original, cabe destacar su exitosa irrupción en el panorama de los creadores teatrales con La ciudad sitiada, una pieza galardonada en 1996 con el Primer Premio del Certamen Literario de Caja España de 1996, en su modalidad de Teatro. En 2005 estrenó en Madrid la obra Los niños perdidos, que ella misma escribió y dirigió, protagonizada por cuatro niños encerrados en un desván. La obra pretende honrar a los miles de huérfanos republicanos que al término de la Guerra Civil eran ingresados en los hogares de la Obra Nacional de Auxilio Social.

Referencias bibliográficas

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Contenido

http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=ripoll-laila

Poder y violencia en La paz perpetua

En esta entrada vamos a analizar los temas de la violencia y el poder reflejados en la obra La paz perpetua de Juan Mayorga.

Para comenzar, diremos que nos encontramos ante una de las obras más polémicas y exitosas de los últimos tiempos. Trata de tres perros (Odín, Enmanuel y John-John) que están compitiéndo para conseguir el collar blanco y trabajar como perro antiterrorista de élite. Son evaluados por los personajes: Ser Humano y por Casius (un perro veterano).


Según palabras del propio autor, el personaje del Ser Humano considera la tortura como un mal necesario. Esto significa la aceptación de que haya funcionarios de la tortura en primer lugar, y en segundo lugar, la posibilidad de tratar al ser humano como medio, como mero cuerpo. Esta obra propondría una doble alegoría: los perros humanizados actúan como podría hacerlo distintas fracciones de nuestra sociedad a la vez que el sospechoso que va a ser torturado es tratado como un perro, como un mero cuerpo.
Humano: “...¿Recuerda como empieza La paz perpetua? Un cementerio es el único lugar que garantiza la paz perpetua. (...)”

Juan Mayorga hace en esta obra una gran crítica a la falta de reflexión y diálogo. Invita a la reflexión, para que el lector descubra que está muy manipulado políticamente, y que sin capacidad crítica, no somos los dueños de nuestras acciones, pues hacemos lo que quieren que hagamos,
al igual que estos perros, que se ven imposibilitados de realizar algo que no le enseñaron.
Si te llaman insecto y te tratan como a un insecto, acabas siendo un insecto”.

La paz perpetua abre el debate que sitúa al terrorismo como la mayor amenaza para preservar los valores del sistema democrático y lo que nos aleja de la posibilidad de disfrutar de la paz utópica soñada por Kant.


El poder estaría representado en esta obra por el Ser Humano y Casius, quien debe elegir a uno de los tres perros para darle el collar blanco y nombrarlo antiterrorista de élite:
Casius: “...Solo uno es el mejor...”

Vemos cómo la acción de los perros se ve modificada por el Ser Humano en acotaciones como la siguiente:
Van a pelear. El Humano los separa echándoles carne.

El Humano manipula la conducta de los perros, por ejemplo jugando con los sentimientos de Enmanuel al final de la obra, cuando este decide optar por el diálogo y no por la lucha:
Humano: “Hay vidas en juego. ¿Cuántas está dispuesto a sacrificar a sus palabras? Inocentes como Isabel. Isabel estaría viva si hubiéramos sabido que aquella bomba estaba allí, esperándola. Usted no vio la bomba a tiempo...

En este fragmento vemos cómo el Humano se dirige a Enmanuel para provocar una reacción en él. Para enfadarlo haciéndole recordar la muerte de su antigua dueña y haciéndole a él culpable del suceso, que no pudo evitar.
Esto es un acto de violencia muy fuerte. Se hace ver que la culpa no es del terrorista, sino de Enmanuel por no haberlo podido evitar. Y este, quizás, como muchos, crea en su culpabilidad debido a la incapacidad crítica con que lo han adiestrado.

Odín también ejerce poder. Lo vemos en los siguientes ejemplos donde intenta llevarse bien con sus oponentes hablando mal de ellos a escondidas. Y provocando que los otros dos perros se peleen, para así salir él victorioso y recibir el collar blanco.
Él lo único que busca es beneficiarse y para ello, hace lo que haga falta:
Odín: “Ese chico, ¿no es un poco raro? ¿Qué clase de perro es?...”
Enmanuel: “Y habla como un dogo”
Odín: “Me dan grima esos bichos de laboratorio. No se dónde vamos a parar.”
(Aquí Odín incita a Enmanuel a criticar de John-John, rival que consideran muy fuerte).

Odín escucha la música de los auriculares de John-John y suenan ambulancias, explosiones, gritos... Es una música violenta.

Destacamos el siguiente fragmento, donde vemos la visión violenta de las manifestaciones que enseñan a John-John en el colegio:
John-John: “Lección cuarenta y uno: “Una manifestación mal resuelta / bien se convierte en revuelta”
En su colegio, que representa el sistema político actual, lo enseñaron a cohibir la libertad de expresión y de pensamiento. Le enseñaron a ver violencia donde no la había. A no llorar ni tener miedo.
Es deshumanizar al ser humano y hacer que este no sienta ni piense. Es convertir en “perros” a los hombres, tratándolos como perros.

Odín enseña a desconfiar de los demás. Inculca que cada uno mira por lo suyo. Refleja en cierto modo el egoísmo:
Odín: “Aquí todo es muy distinto, ¿verdad? Aquí no puedes confiar en nadie...”

También nos llama la atención la violencia que ejerce Odín en los otros perros, por ejemplo cuando invita a John-John a seguir su instinto y matar si su instinto se lo pide. Para manipularlo lo premia y lo piropea, diciéndole cosas como:
Odín: “No olvides que eres perro listo...”
La existencia de Dios se cuestiona en esta obra con numerosas citas de Pascual. La reflexión a la que llegan los perros es que lo mejor es siempre creer en su existencia, porque si piensas que no y existe, vas al infierno. Y si piensas que no y no existe, todos irían al infierno igualmente. Por lo tanto, no nos dan mucha opción a elegir libremente, pues las respuestas están condicionadas.
Además, se explica que si eres inteligente, debes creer en su existencia, por lo que hemos explicado. (Obliga a pensar en la existencia, porque de lo contrario no eres inteligente).

Odín dice cosas como: “Te ha liado. Te has dejado liar.” cuando ve que sus compañeros no hacen lo que él quiere que hagan.

Los perros (sociedad) frente a los seres humanos (políticos), no tienen patria, no están en ningún lado. Son manipulados por las “palabras” de los humanos.

Enmanuel es menos “humano” que Odín:
Enmanuel: “Si hubieses visto la sangre de los inocentes, no hablarías como hablas”
Odín: “No conozco a nadie inocente”
Enmanuel: “Eres un cínico. (...)”

Odín provoca malas acciones en los otros perros para que todos vean un ataque de ira, y usarlo en su contra.

Odín aprendió en la calle. Aprendió a diferenciar a los tipos de personas. Es movido por su interés, que ejerce un gran poder en esta obra, al igual que el Humano:
Odín: “Nunca me han echado de ningún sitio. Siempre me muevo yo.”
Casius: “¿Hacía dónde?”
Odín: “Siempre la misma dirección: mi bienestar”.

Odín nos explica, que existen los hombres malos, debido a que hay otros que viven como perros. En la sociedad están los que manipulan, y los que se dejan manipular. Y esto es lo que pretende hacer reflexionar en esta obra, que para ser de los que no se dejan manipular ni manipulan, hay que pensar y desarrollar capacidad crítica.
John-John: “En esta vida tienes que ser amenzante para que no te amenacen a ti...”


Odín cree que ser amo es mejor que ser perro, por eso desea el trabajo, pero está equivocado. Ser amo está tan mal como ser perro.
Si los que nos manipulan tuviesen capacidad crítica y pensaran, no nos habrían llevado a esta situación tan caótica en la que vivimos.

John-John piensa que está incapacitado para hacer algo que no es para lo que está preparado, para lo que lo han enseñado.
Esto también es producto de los “humanos”, que cada vez exigen más para dar un título, o un puesto de trabajo. Para que los “perros” sientan que no valen nada, que frente a otros, en la competencia que están haciendo de la vida, se vean como perdedores de antemano.

Para terminar, podemos decir que en esta obra, el terrorismo es un tema principal, que se repite continuamente y que junto a otros temas como la manipulación a la que la sociedad está sometida, el sentimiento de inferioridad de los “perros”, los actos impropios como el engaño y la lucha, la incapacidad de dialogar... es un tema violento cuya finalidad recae en hacer reflexionar.

Referencia bibliográfica

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Contenido
Lectura realizada: MAYORGA, Juan: La paz perpetua, Introducción de Manuel Barrera Benítez. KRK Ediciones a escena, Oviedo, 2009.

Información obtenida de Internet, mediante la dirección web: http://www.nuvol.com/entrevistes/juan-mayorga-necesitamos-construir-un-personaje-para-vivir/ Fecha de consulta: 26/05/2014


La paz perpetua

Juan Mayorga 



Nació en Madrid, en 1965. Ha cursado estudios superiores de Filosofía y Matemáticas, pero su verdadera vocación es el teatro. Sus primeras obras nacieron al amparo del grupo "El Astillero", colectivo de escritura abierto a diferentes tendencias. Pronto evolucionó hacia una línea dramática propia, en la que sobresale por encima de todo su preferencia por el mundo de las ideas. Entre sus títulos más destacados figuran “Siete hombres buenos”, “Más cenizas” (obra que fue distinguida con un accésit al prestigioso premio "Calderón de la Barca" en su convocatoria de 1992), “El sueño de Ginebra”, “El jardín quemado” y “Cartas de Amor a Stalin” (una reflexión en torno al arte y el poder, estrenada en el Centro Dramático Nacional en 1999). Entre 2000 y 2009 ha realizado versiones de obras clásicas de la escena española e internacional. Su tesis doctoral versa sobre Walter Benjamin, cuya filosofía ha tenido una gran influencia en su teatro.

Destacamos las siguientes palabras del propio autor sobre la obra que vamos a comentar en la siguiente entrada:

[Juan Mayorga Ruano ] Un amigo me desafió a escribir una obra sobre terrorismo. Poco a poco supe que lo que me interesaba era escribir sobre cómo reaccionamos al terrorismo y a su amenaza. Concebí el texto al ver a un perro vigilando la cinta de equipajes de un aeropuerto. Pensé entonces que los perros, que pueden ser muy violentos, acaso observen sin embargo con asombro esa violencia específicamente humana que es la terrorista, y los modos asimismo violentos con que esa violencia a veces se combate. Por otro lado, llamo la atención sobre el hecho de que practicar la tortura es tratar a un ser humano como mero cuerpo, esto es, animalizarlo; y, finalmente, comportarse uno mismo como un animal.


Referencias bibliográficas

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Poder y violencia en Bodas de Sangre

Como hemos visto en la entrada anterior, Bodas de Sangre contiene multitud de elementos simbólicos que hacen referencia al poder y a la violencia.

Podemos relacionarla en muchos aspectos con Don Álvaro o la fuerza del sino. Por ejemplo, en ambas obras el poder patriarcal ejerce una enorme presión en los protagonistas.

Aunque en Bodas de Sangre es la Madre quien ejerce este poder. (Diremos que es a causa de su viudez). 
Encontramos una constante lucha de esa pasión amorosa existente entre la Novia y Leonardo, y el destino fatal que los conducirá a la catástrofe.
Lo vemos en la huida de la Novia. Esta escapa para conseguir mayor bienestar y felicidad, pero la situación solo cambia a peor.

La Novia después de haber contraído matrimonio, escapa con Leonardo, siendo movida por la pasión que siente y no por lo que considera razonable, pero esta huida acaba con la muerte de Leonardo y del Novio. Así, vemos cómo el destino, en esa lucha con la pasión, sale victorioso:
Leonardo:
Ya dimos el paso; ¡calla!
porque nos persiguen cerca
y te he de llevar conmigo.
Novia:
¡Pero ha de ser a la fuerza!

Destacaremos algunos elementos constantes a lo largo de toda la obra, donde se refleja:
La violencia:

-Desde el título de la obra ya “sangre” connota la lucha y la muerte.

-Como comentamos en la entrada anterior, la navaja es un elemento simbólico que aparece desde el comienzo de la obra y continúa a lo largo de esta con elementos como “la plata” que nos recuerdan al color y brillo de la navaja.
Este elemento indica que en la obra habrá lucha, muerte, y sangre.

-La Madre constantemente está recordando a sus difuntos: marido y uno de los hijos. Está llorando la pérdida de sus seres queridos, y esto también es importante, porque en esta obra el llanto inunda toda la obra: al principio es la madre quien llora; más adelante la Novia desea a Leonardo y sabe que tendrá que contraer matrimonio con el Novio (hecho que causa su llanto); finalmente las dos lloran la muerte de el Novio y de Leonardo.
Destacamos que el llanto está puesto siempre en ojos de una mujer. Frente al hombre, fuerte, que nunca llora:


-Diremos que la pasión ejerce una enorme fuerza capaz de empujar a los personajes a realizar ciertas acciones.

-Por último diremos que el destino se adueña de la vida de los personajes, quienes no pueden huir de él.
A pesar de los intentos de huida y de alcanzar la felicidad, vemos cómo los personajes, a lo largo de la obra, cambian a peores condiciones:
La Madre, que empieza con su hijo, y siente esperanzas de tener nietas que borden con ella y la acompañen (Madre: Sí, pero que haya niñas. Que yo quiero bordar y hacer encaje y estar tranquila. ), termina sola llorando la muerte del último ser cercano que le quedaba.
El Novio, que empieza ilusionado por la boda, termina muerto.
La Novia, que no se decide entre Leonardo y el Novio, termina llorando la muerte de estos dos.


Mujer:
¡Ay, qué cuatro muchachos
llegan con hombros cansados!
Novia:
¡Ay, qué cuatro galanes
traen a la muerte por el aire!

-El agua es símbolo del peligro y de la muerte, como vimos en la entrada anterior.

-La luna busca la muerte en esta obra a través de su luz, para que los dos enemigos se encuentren en el bosque.

-El caballo, representado en esta obra por Leonardo, busca también la violencia, pues se interpone entre los novios declarando su pasión a la Novia y además es quien propone la huida.

(Los elementos simbólicos: agua, luna, caballo y navaja, ya los explicamos y justificamos en la entrada anterior).

El poder:

-Como ya hemos explicado, en este caso es la Madre quien ejerce el poder, pero por el motivo de su viudez.
Ella se ve comprometida a pedir la mano de la Novia y a explicarle a su hijo cómo la ha de tratar. Sabe que son cosas que se las debería explicar su padre, pero ella adopta la postura de este ante su ausencia:
Madre: Con tu mujer procura estar cariñoso, y si la notas infautada o arisca, hazle una caricia que le produzca un poco de daño, un abrazo fuerte, un mordisco y luego un beso suave. Que ella no pueda disgustarse, pero que sienta que tú eres el macho, el amo, el que mandas. Así aprendí de tu padre. Y como no lo tienes, tengo que ser yo la que te enseñe estas fortalezas.

Para concluir, destacamos la manera en que los movimientos de la Novia hacen fijar la atención del lector.
El misterio que nos produce su historia con Leonardo, hace que nuestros ojos estén puestos en ella.
Quizás tenga relación con lo que ocurre en la realidad. Es cierto que en la boda, es la novia la que destaca frente al novio, y en quien todos se fijan. La única que va de blanco para llamar la atención.

Así, diremos que como en la vida real, en esta obra de Federico García Lorca, los ojos del espectador o lector están siempre puestos en la Novia.

Referencias bibliográficas

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Contenido
La lectura de la obra la hemos realizado a partir del siguiente enlace: http://www.vicentellop.com/TEXTOS/lorca/bodasdesangre.pdf 

Hemos desarrollado algunas de las ideas tomadas en apuntes de clase. 

Al consistir la actividad en una lectura reflexiva, hemos tomado ideas propias debidamente justificadas. 

domingo, 18 de mayo de 2014

Simbolismo en Bodas de Sangre.

En esta entrada analizaremos  la presencia y significación del caballo, el agua, la luna y el cuchillo.

Para comenzar, diremos que Federico García Lorca es uno de los más importantes dramaturgos y poetas españoles del siglo XX y de nuestra literatura moderna. Su gran sensibilidad artística nos dejó bellos poemas e intensas obras de teatro y su prematura muerte nos privó seguramente de lo mejor de su creatividad y convirtió su figura en un mito. Es también uno de nuestros escritores con más repercusión internacional.

Bodas de sangre es una obra de teatro en verso terminada en 1932 y estrenada el 8 de marzo de 1933 en el teatro Beatriz de Madrid. Fue el primer gran éxito de Lorca como dramaturgo y le proporcionó reconocimiento dentro y fuera de España. En los años siguientes se estrenó en Argentina, Méjico, Nueva York, París y Moscú.

La obra de Federico García Lorca cuenta con todos los ingredientes de la tragedia y con temas recurrentes en su producción. Los personajes pretenden luchar contra un destino que finalmente se impone implacable.


La Luna es un personaje simbólico, se presenta con un Leñador de cara blanca. En las acotaciones de la obra, el autor insiste en que su aparición ha de ir acompañada de una fuerte luz azulada. La Luna es la mensajera de la muerte.

Acto tercero CUADRO PRIMERO
Bosque. Es de noche. Grandes troncos húmedos. Ambiente oscuro. Se oyen dos violines.
Salen tres leñadores.
(...)
(Salen. Por la claridad de la izquierda aparece la Luna. La Luna es un leñador joven,
con la cara blanca. La escena adquiere un vivo resplandor azul.)

La Luna es el símbolo más fuerte en esta obra, donde, como hemos explicado, se convierte en personaje (en el acto tercero). Es símbolo de la muerte, pues ilumina el terreno y así los hombres se encuentran y se matan. Además se presenta como un Leñador, quien por su oficio corta de golpe la simiente, la vida joven. Podemos decir que se caracteriza por sus ansias de muerte.
La Luna aparece también en otras obras del autor como símbolo de la muerte, por ejemplo en Romancero Gitano.
Para Álvarez de Miranda sería agente y símbolo de fecundidad, vida y muerte.



En cuanto a la navaja, podemos decir que aparece desde el comienzo de la obra. Tiene una gran importancia en esta obra.
Al principio, la Madre descubre al Novio cogiendo la navaja y él ríe porque no la esperaba y se asusta. Él quiere cambiar de conversación porque sabe que su madre va a empezar con una retahíla. La navaja es un tipo de arma muy peligrosa, se lleva la vida de los hombres.

Madre: (Entre dientes y buscándola)La navaja, la navaja... Malditas sean todas y el
bribón que las inventó.
Novio:Vamos a otro asunto

Aparece el apellido de los Félix, quien mata al marido de la Madre y a uno de sus hijos. Por eso la Madre siente recelo al ver o escuchar el cuchillo, la navaja, la pistola o cualquier otro metal que nos recuerde a estos instrumentos.

Madre: No. No vamos a acabar. ¿Me puede alguien traer a tu padre y a tu hermano?

La navaja es un intrumento que se relaciona desde temprano en la poesía de Lorca con una muerte de frente, trágicamente hermosa, y que no se puede evitar.

La nana que la Suegra de Leonardo canta al bebé, está cargada de elementos simbólicos. El caballo representa la masculinidad, la pasión amorosa, el sexo... (lo relacionamos con el personaje: Leonardo) y el agua es símbolo del peligro. Vemos cómo en la variante de la primera nana el caballo se decide a beber agua, hecho que cabe resaltar debido a que esto anticipa lo que más tarde ocurrirá: la huida de Leonardo con la Novia. Aquí la pasión se impone.

Suegra:
Nana, niño, nana
del caballo grande
que no quiso el agua.
El agua era negra
dentro de las ramas.
Cuando llega el puente
se detiene y canta.
¿Quién dirá, mi niño,
lo que tiene el agua
con su larga cola
por su verde sala?

Mujer: (Bajo)
Duérmete, clavel,
que el caballo no quiere beber.

Suegra:
Duérmete, rosal,
que el caballo se pone a llorar.
Las patas heridas,
las crines heladas,
dentro de los ojos
un puñal de plata.
Bajaban al río.
¡Ay, cómo bajaban!
La sangre corría
más fuerte que el agua.

Mujer:
Duérmete, clavel,
que el caballo no quiere beber.


Suegra:
Duérmete, rosal,
que el caballo se pone a llorar.

Mujer:
No quiso tocar
la orilla mojada,
su belfo caliente
con moscas de plata.
A los montes duros
solo relinchaba
con el río muerto
sobre la garganta.
¡Ay caballo grande
que no quiso el agua!
¡Ay dolor de nieve,
caballo del alba!

Aparece una variante de la nana en la que vemos el puñal de plata, se ven señales de herida, muerte, violencia... la pasión se ha impuesto y el caballo se pone a beber (como ya se ha explicado).
La plata recuerda al cuchillo.

Destacamos que en Lorca, el teatro llega en todos los sentidos al lector, pues está cargado de colores, olores, sonidos:
Acto primero
CUADRO TERCERO
Interior de la cueva donde vive la novia. Al fondo, una cruz de grandes flores rosa. Las
puertas, redondas, con cortinajes de encaje y lazos rosa. Por las paredes, de material
blanco y duro, abanicos redondos, jarros azules y pequeños espejos.

No solo nos lleva a una vida en el campo, sino tradicional: Como la Madre es viuda, es ella quien ha de pedir la mano de la novia.

Para concluir podemos decir que en Bodas de Sangre, los elementos simbólicos se convierten en una constante a lo largo de la obra y muchas veces anticipan, como hemos visto, lo que va a ocurrir.

Cabe destacar la importancia que cobra en esta obra la sangre, que aparece desde el título. Unión y separación de la boda, entendiendo esta como enlace de dos sangres (familias). También hace alusión a la muerte.


Referencias bibliográficas

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Contenido
Hemos tomado información de artículos que se pueden obtener a través de los enlaces siguientes:


Además hemos utilizado apuntes tomado en clase de "Teatro" y un artículo facilitado por la profesora.