Haremos una breve introducción de la obra y, a partir
de fragmentos seleccionados del libro, realizaremos la reflexión
sobre la violencia y el poder.
Los
niños perdidos es una magnífica obra donde la
autora denuncia la violencia ejercida contra las víctimas más
débiles de los conflictos: los niños.
Los protagonistas son cuatro niños que están en el desván
de un orfanato. Sus nombres son: Lázaro, Marqués, Cucachica y Tuso
(hombre demente de unos cincuenta años):
...Tuso.
Es un deficiente de unos cincuenta años... (Acotación)
Estos niños viven en la España de la posguerra.
Están completamente solos, hambrientos... lo único que
tienen para sobrevivir es la imaginación y los recuerdos. Y se
divierten jugando y disfrazándose:
Marqués: “Pues a mí me sabía hasta bien.”
Lázaro: “Porque eres como Antoñita la Fantástica
y tienes mucha imaginación”. Aquí además predomina la ironía,
es decir, que un ser, producto de la imaginación y recuerdo de Tuso,
le diga a otro ente ficticio que tiene mucha imaginación... es
llevar al máximo la ironía.
Sonido
de aviones. Los niños quedan paralizados. El sonido se acerca
peligrosamente. (Acotación).
Las voces parecen ecos en ese oscuro desván donde a
veces ni ellos mismos se encuentran.
Siempre se esconden en sus escondites al oír ruido al
otro lado de la puerta. Piensan que las monjas los han oído y suben
a castigar y pegar a los niños:
...Ruidos.
Lázaro corre a esconderse tras el biombo. Entra la Sor con un
platito y un bastón en la mano izquiera. (acotación)
Al principio aparece una monja llamada Sor, aunque más
adelante descubrimos que se trata de Tuso, que está disfrazado de esta monja. Y
en el final de la obra nos enteremos de que la monja está muerta:
Cuca: “¿Y el Tuso?
Lázaro: “En el armario.”
(...)Marqués se dirige hacia el armario e intenta
abrir. (Acotación).
Marqués: “Se ha encerrao.”
Lázaro: “Ya estamos. (Toca) Tuso, sal, que ya se
ha ido.” (Podemos ver cómo Tuso al jugar de hacer de la monja
Sor, siente miedo porque tiene un mal recuerdo de esta monja y por
eso no quiere jugar más a hacer de “la mala”)
Sor: (Desde dentro) “No quiero”
Lázaro: “Que salgas ya.”
Sor: “No me da la gana”
..Se abre la puerta del armario y aparece el Tuso...
(Acotación)
Tuso cuenta la escena en la que la monja tira a Cuca por
la ventana, y azota con un palo a Marqués hasta el extremo de echar
este sangre por los oídos, boca y nariz. Marqués, Lázaro y Tuso
habían subido para ayudar a Cuca que estaba castigado en el desván.
Tuso, al contemplar esto, pone una cuerda en el ancho de
la escalera y cuando la monja se dirigió hacia abajo, este la empujó y la monja cayó rodando por las escaleras.
Tuso se pone muy nervioso, intenta quitarle las llaves a
la monja para no dejar arriba a Lázaro y al Marqués, pero es
demasiado tarde.
No consigue las llaves y cuando pide a las otras monjas
ayuda para sus dos amigos, estas piensan que son imaginaciones suyas,
al ser un niño demente.
Tuso revela a sus amigos que la monja murió de la caída
y que ellos están muertos también. Cuca no llegó vivo al hospital
tras la caída y Marqués y Lázaro se quedaron encerrados en el
desván para siempre:
Tuso: “¡Y yo no quería! ¡Pero cuando vi que
empujaba al crío por la ventana y que se liaba a palos con vosotros
con esa saña...! ¡Me entró un coraje...! (...)”
Esta muerte supone la salvación de los niños, quienes
por fin se atreven a salir del desván. Ya no tienen miedo, están
muertos. Tuso queda triste porque sus amigos se van:
Lázaro: “Abre la puerta, Tuso.”
Tuso: “¿Qué?”
(…)
Lázaro: “Pues ella es como nosotros: aire, nada,
tu imaginación. Abre la puerta, Tuso.”
Tuso cuestiona su propia existencia, no sabe ni qué es
él. Aun sabiendo que sus amigos estaban muertos, existían en su
recuerdo y en su imaginación. Y al ser los propios entes ficticios
los que toman la decisión de marcharse, él queda triste porque
ahora quedará solo.
Nos llama la atención que a lo largo de la obra siempre
sea Tuso el que salga del desván para llevar comida a los demás
niños, diciendo en la cocina del orfanato que es para los gatos, y
otras veces amenaza con irse para siempre debido a las peleas de los
niños en el desván. Y al final son los niños quienes se van y se
queda él solo dentro:
Marqués: “¿Y si el Tuso no vuelve?”
Lázaro: “Siempre vuelve”
Marqués: “No tendría que salir y entrar tanto, un
día nos la vamos a cargar”
(...)
Tuso: “No quiero estar más aquí. He dicho que me
voy, y me voy.
Vemos cómo la perspectiva tiene en esta obra un papel
fundamental junto con la mezcla de los dos mundos: el real, que no
aparece en la obra y del que nos enteramos desde el propio mundo
fantástico, desde la imaginación y alucinación de Tuso.
En esta obra predomina la ironia, que aparece desde el
principio de la obra:
Lázaro: “...¡Llueve agua, llueven gotas, llueve
pis y llueve sopa!...”
Destacamos también la ironía que vemos cuando los
niños piensan que la monja Sor está muerta, cuando ellos también
los están:
Marqués: “¿Pero cómo va a estar muerta, si viene
con más mala leche que nunca?
Lázaro: “Viene a vengarse, Es su fantasma, que
viene a vengarse”
Vemos cómo en la obra el miedo llega al límite, pues
los niños, que se creen vivos, temen a la monja aún considerándola
muerta. Y cuando descubrimos que los niños están muertos, es como
si el sentimiento de miedo llegara más allá de la muerte, como si
se tratase de sentimientos como el del amor.
Cuco teme a los fantasmas, y dice que estos no existen.
Cuando él también está muerto, y aunque en la obra no se nos presenta
como a un fantasma, más tarde descubrimos que solo existe en el
pensamiento de Tuso.
En
Los niños perdidos, el
poder representado por las monjas es muy fuerte:
Sor:
“...Condenados, condenados chiquitines, condenados. ¿No
salís?...”
En el desván los niños siempre se están peleando, y
el más grande es siempre el más fuerte. Cuca es el más pequeño y
por eso necesita de Tuso para sentirse protegido:
Lázaro
se abalanza sobre Marqués. Pelean. Lázaro tiene las de ganar ya que
es, a todas luces, más fuerte. (Acotación)
...Marqués
va a contestar pero se reprime ante el temor de que el otro vuelva a
repetir todo lo que se diga... (Acotación)
Vemos cómo la miseria en la que se encuentran estos
niños los lleva a la lucha. La lucha representa esa obligada vida
encerrada de la que los niños no pueden salir.
Hay sentimiento de pánico a las monjas debido a la
escena que Tuso nos revela. Monjas que maltrataban física y
psicológicamente a los niños del orfanato. Les cambiaban de nombre,
y los insultaban a ellos y a su familia:
Sor: “...¡Satanases! ¡Desgraciados! ¡Cómo se
nota la sangre que lleváis!...”
Por otro lado, no se quiere reconocer la dura realidad
en la que se encuentran. Los niños imaginan que sus padres irán a
sacarlos de allí. Pero sus padres están muertos:
Marqués: “...Tu mamá también está muerta, a ver
si te enteras ya.”
Cuca: “¡Mamáaaaa...!”
Tuso: “No le digas esas cosas que llora.”
Quizás esto sea una crítica a ese "mirar para otro lado" de muchos españoles para evitar el tema del franquismo.
Quizás esto sea una crítica a ese "mirar para otro lado" de muchos españoles para evitar el tema del franquismo.
Cuando se escucha el ruido de los aviones, los niños
quedan paralizados. Este miedo es tan fuerte como el de las monjas.
Podemos decir que el ruido de los aviones representa la
Guerra Civil española y la dictadura de Franco, que sería el máximo
poder en esta obra.
Las propias descripciones y el lugar en sí donde los
niños se encuentran nos muestran la violencia en la que viven. Los
niños se pelean por comer comidas asquerosas. Se pelean
constantemente insultándose unos a otros.
Es un lugar oscuro y sucio donde los niños siempre se
esconden o se disfrazan.
La monja es un símbolo de violencia, capaz de tirar a
un pequeño por la ventana.
Cuco anticipa a lo largo de la obra lo que Tuso revela
al final, y es que desde el principio teme la ventana del desván:
Cuco: “Por la ventana no, que sopla el aire y me da
mucho miedo...!
Los niños no han crecido, han muerto siendo niños.
Están tan perdidos que nadie, ni ellos mismos, se han enterado de su
muerte, lo que podemos ver como homenaje a todas las vidas perdidas
en la España de la Guerra y de la posguerra. Vidas de niños que
podemos ver a través de estos personajes:
Tuso: “...Total, ya erais niños perdidos. Al fin y
al cabo, los niños de aquí no existen. Son como fantasmas y nadie
va a reclamar por ellos. Mejor echar tierra encima, nunca mejor
dicho”.
Esos niños no tenían vida, no existían para nadie
porque sus familiares no podían ir a rescatarlos, había muchos que eran
huérfanos, y otros a quienes por cambiarlo de orfanato y de nombre
nunca llegarían a encontrar.
Los niños representan el resultado de la situación que
se vivió en la España de la época.
Por último, es inevitable recordar después de esta
lectura, la novela Niebla de Miguel de Unamuno, donde el mundo
ficticio y el real nos conducen a la reflexión sobre nuestra propia
existencia.
Referencias bibliográficas
Imágenes
Contenido
Cita
de la lectura realizada: RIPOLL, Laila: Los niños
perdidos, Introducción de Francisca Vilches de Frutos, KRK
EDICIONES A ESCENA, Oviedo 2010.