Enamoradas:
Las enamoradas se ven obligadas a
concebir matrimonio con hombres a los que no aman. Es por eso que llegan a sentir odio por estos hombres nobles que solo buscan en ellas intereses. Además a ellas no les importa la nobleza que ellos poseen, porque para lo realmente importante para las enamoradas es el amor verdadero, aquél que carece de condición o interés.
Sienten una gran pena de amor y por eso vemos que sus discursos están cargados de interrogaciones retóricas y exclamaciones, porque expresan su sentimiento de angustia y pena por tener que ser entregadas a hombres que no son sus amados.
Lo podemos observar
en Elvira en el siguiente texto:
“¿No he de llorar,
¡desdichada!,
si ya no vuelve Macías,
y dentro de pocos días
por mi palabra empeñada
vendrá Fernán Pérez?” (vv.
250-254) Macías.
Y también en Leonor:
“¿Qué he dicho? No sé,
no sé lo que he dicho, conde:
¿queréis...? Le aborreceré.
¡Aborrecerle! ¡Dios mío!
Y aún amaros a vos, sí,
amaros con desvarío
os prometo... ¡amor impío,
digno de vos y de mí!” (vv.
225-232) El Trovador.
Aquí, además podemos ver cómo Leonor
pide a Nuño que este salve a Manrique. Para ello, Leonor está dispuesta a entregarse a un Nuño, hombre al que no ama, para salvar a su verdadero amor.
Podemos ver lo que la enamorada es capaz de hacer por amor, ya que ella ama de verdad. Su amor no tiene condición ni interés.
La opción de ingresar en un convento antes que vivir en desamor es la decisión que toman Leonor y Elvira en estas obras.
En el caso de Leonor, su amor por Manrique representaría el amor profano frente al amor sagrado que ella le tiene a Dios porque le prometió ingresar en el convento para siempre y morir allí apartada del mundo. Vemos un contraste entre estos dos amores que hará que Leonor se sienta muy culpable por amar a Manrique. Además este hace que Leonor salga del convento y huya con él. Es por esta razón por la ella se considera mujer ingrata. Podemos observarlo en:
“¡Ay!, todavía
delante de mí le tengo,
y Dios, y el altar, y el mundo
olvido cuando le veo.
Y siempre viéndole estoy
amante, dichoso y tierno...”
(vv.127-132)
En el caso de Elvira notamos la tristeza que siente y su deseo y casi necesidad de entrar en un convento, por ejemplo en el siguiente texto:
“Ahora ya el llanto es ocioso:
En situación tan funesta,
sólo un arbitrio me resta,
y el emplearlo es forzoso.
Yo ser de otro no podré,
pues con vos casada estoy;
mas ya que aún vuestra no soy,
jamás, señor, lo seré.
Señalad vos un convento,
adonde a ocultarme vaya,
y donde esposo no haya
que redoble mi tormento...” (vv.
1526-1537) Macías.
A Elvira le lleva tomar la
decisión de casarse con Fernán Pérez los celos, furia, venganza... que siente cuando
su padre le asegura que Macías ya está casado con otra mujer.
Leonor nunca da un sí a Nuño a diferencia de Elvira.
En el siguiente fragmento podemos notar a la enamorada con pensamientos ilusos de amor; ella cree que su amado se ha casado con otra mujer. Es por culpa de los sentimientos de celos que invaden a la enamorada por lo que ella acepta a Fernán Pérez como esposo y decide casarse con él sin amarlo. Lo vemos en:
“¡Perdóneme, señor, si hoy
más que nunca
presente aquel amor en la memoria
en vano lucha por borrar del pecho
la esperanza engañada! Yo más
fuerzas
encontrar en mí propia presumía
cuando el plazo pedí: mas, ¡ay!,
yo nunca
pensé que él de mi amor se
olvidaría...” (vv.313-319) Macías.
Enamorados:
Macías y Manrique sienten amor verdadero por su amadas. Ambos son muy valientes y por eso están dispuestos a hacer cualquier cosa por amor. Cuentan con grandes
dificultades que se interponen en el amor de sus vidas y es entonces cuando nos transmiten sentimiento de frustración y tristeza. Los dos son trovadores. Son inferiores a sus amadas porque carecen de nobleza.
Podemos ver en el siguiente ejemplo que son personajes paralelos por la forma en la que se expresan:
"Clava en mi pecho un puñal
antes que verte perjura
llena de amor y ternura
en los brazos de un rival."
El
Trovador,(acto V, escena 7)
"Clávame antes en el pecho
un puñal que eso me digas."
Macías,
(acto II, escena 9)
Estos dos personajes tienen más
diferencias que semejanzas, por ejemplo: Manrique ignora que es de
origen noble y ama a una mujer con superioridad social a él. Además tiene el problema de su madre, que es gitana y además no cuenta la verdad hasta que él muere. Esto no le sucede a Macías, que es un
personaje mucho más lineal.
“Un secreto, Leonor...
Sé que vas a despreciarme;
ya era tiempo...esa gitana,
esa, Leonor, es mi madre.” (vv.
262-265) El Trovador.
Manrique cree que su amada se negaría a entregarse a él al conocer su procedencia. Él justificaba la posible decisión de que ella se entregase a Nuño porque él si tenía un apellido noble, pero Manrique no podía ofrecerle eso. Lo que en la época, como hemos explicado, toma un gran valor.
“Llora si quieres,
maldíceme porque infame
uní tu orgullosa cuna
con mi cuna miserable.
Pero déjame que vaya
a salvarla si no es tarde;
si ha muerto, la vengaré
de su asesino cobarde.” (vv.
267-272) El Trovador.
Macías debe rebelarse contra don
Enrique, símbolo de máxima autoridad, y contra Fernán Pérez, que
simbolizaría los valores sociales del momento, por su amor a Elvira. Es un personaje valiente y siente necesidad de hacer lo posible por conseguir su amor.
Podemos verlo, por ejemplo, en el
siguiente fragmento donde Macías de dirige a don Enrique:
“¿Volverme yo?
¿Y tú me lo mandas? No.
¡Trágueme antes el abismo!
Yo de aquí no he de moverme
sin que a Elvira por esposa
me concedan. ¿Qué otra cosa
pudiera a Andújar traerme
sin tu aviso? Ni en la tierra
habrá quien de ella me aleje;
ni me mandes que la deje,
ni que me parta a la guerra,
ni que piense ni imagine,
sino el cómo ha de ser mía...”
(vv. 1027-1039) Macías.
En el caso de Manrique entra
en prisión con Azucena; en el caso de Macías es un prisionero de
un sistema social que le da más importancia a los objetos que a los
seres, los cuales solo adquieren valor en relación con personas de
reputación social establecida.
Podemos decir que la prisión de
Macías sirve para sellar visualmente el fracaso a que están
destinados los amantes, la perseverancia, la dignidad propia y la
rebelión contra un sistema opresivo injusto.